Unimos y expandimos dos mundos: el Desarrollo del Liderazgo y la Neurociencia aplicada al comportamiento
Desde un punto de vista Evolutivo diferentes investigaciones concluyen y se puede decir que nuestro cerebro tiene un mecanismo de funcionamiento que consiste en “minimizar la amenaza y maximizar la recompensa.” y que aplica de forma automática en todas y cada una de nuestras interacciones. Sobre todo en las que son de tipo social; el Modelo SCARF de David Rock, nos da una visión sobre aquellos cinco tipos de situaciones que se refieren al “Estatus, la Certidumbre, la Autonomía, la Relación (afiliación) y la Justicia” que pueden ser clasificadas como “potencialmente amenazantes” por nuestro cerebro.

Y a esto le añadimos que vivimos cada día en un mundo más complejo, acelerado, en cambio continuo (Mundo V.U.C.A.) y con un foco imperante en el cortoplacismo; estas circunstancias inciden en que sea un poco más difícil liderarse a uno mismo y a los demás.
“Nuestro cerebro, nunca antes en la historia de la humanidad había estado expuesto a tantísimos estímulos, “amenazas potenciales” y distractores como hoy en día que afectan decisivamente a nuestra consciencia, eficiencia y salud”


Es una cuestión vital ser más conscientes cada día de cuánto y de cómo nos afectan estos aspectos comentados y de cómo nuestros propios hábitos pueden ser un freno que nos apegan a nuestros miedos (Cerebro Reactivo). Al mismo tiempo, desde un punto de vista práctico y de felicidad, incorporar conscientemente nuevos hábitos conectados con aquello que nos da sentido y vitalidad (Cerebro Creativo) son un aliado y un impulsor para ser y estar, cada día, más cerca de nuestro Propósito.