“Aunque nuestro cerebro es capaz de responder de otra forma para gestionar el “esfuerzo” y la “dificultad”…, preferimos dejarnos llevar por la tan manida coletilla del “es que no tengo tiempo…”
Querido lector, es muy probable que escuches al cabo del día infinidad de veces frases relacionadas con la falta de tiempo tales como: “la vida no me da para más”, “no hay tiempo para nada”, “no llego a todo”, “Ufff, imposible…” ¿Cuántas veces oyes este tipo de expresiones? ¿Sabías que casi siempre las veces que te dices a ti mismo este tipo de afirmaciones es un mecanismo inconsciente de nuestro cerebro reactivo para protegernos? Ya he hablado en otros post del impacto del mundo VUCA y la inmediatez que implica no nos ayuda en esta tarea.
En este artículo quiero compartir contigo 4 “Neuro pistas” que son claves para vencer, cada vez, en más ocasiones este tipo de afirmaciones que nos salen en automático.
La primera, es ser consciente de saber con cuál cerebro juegas en cada momento. Para dar respuesta a esta cuestión hay que saber cuáles son los dos mecanismos básicos y fundamentales de respuesta de nuestro cerebro. Esto se puede saber teniendo muy presente en cada momento la siguiente frase: “el cerebro reactivo es el que se encarga de minimizar la amenaza y el cerebro creativo el que se encarga de maximizar la recompensa”.
Es posible que al leer esto estés pensando: “vale ya soy consciente de ello, y ahora, ¿qué? o ¿cómo lo gestiono? Para ello, está la siguiente “Neuro pista”.
La segunda, no me cansaré de recordarte e insistir que: “en nuestro cerebro reactivo, lo que predomina es el mantenimiento del statu quo al menor coste energético posible” y esto implicara que la energía imperante para resolver cualquier situación que se nos presente será la inmediatez por actuar y resolverla de la manera más rápida y eficiente posible y, además, lo hará de forma inconsciente.
Esto explica porque es tan fácil y frecuente caer en el automatismo de decir “es que no tengo tiempo” o “es que no me da la vida” porque en este tipo de situaciones estamos dominados por la amígdala (el guardián de nuestro cerebro emocional) y por la tensión y alteración interna derivada de la amenaza que representa esa situación que nos toca afrontar en ese momento.
Ahora, es posible que al leer esto sigas pensando lo mismo o parecido que antes: “vale ya soy consciente de ello, y ahora, ¿qué? o ¿cómo lo gestiono?
¡¡¡Claro, querido lector, pensar distinto nos cuesta!!!
Déjame señalarte que con los dos primeras “neuro pistas” tu cerebro ya es consciente de cómo él mismo funciona. Desvelar conscientemente esto es una forma de fijarlo en nuestro cortex prefrontal (un área del cerebro clave donde se gestionan las funciones ejecutivas y que una de ellas es la toma de decisiones) y de dar un poco más de margen a nuestra capacidad de respuesta para que no salga en automático.
Si nos quedamos en este punto, posiblemente sigamos funcionando de la misma manera y reproduciendo los mismos automatismos. Y para ello está la siguiente “Neuro pista”.
La tercera, empezar a generar el hábito creativo de ser curioso con nuestro propio cerebro. Una posibilidad de hacerlo y ponerlo en práctica es haciéndose preguntas. Un ejemplo podría ser: cerebro mío, ¿dónde ves una amenaza? o ¿qué es posible en este momento? o ¿qué necesito ahora? Querido lector, te invito ahora a que pienses al menos otras tres preguntas distintas a las anteriores y te las escribas.
Como todo nuevo hábito que empezamos a practicar los primeros pasos son claves para no desistir en el intento. Si de verdad, queremos empezar a gestionar de otra manera el “es que no tengo tiempo” deberemos aceptar una cierta incomodidad con nosotros mismos porque es muy probable que nos sintamos ridículos o que no le veamos sentido a hacer esto y que además lo critiquemos abiertamente como algo que no va a funcionar… (recuerda que quién estará actuando por ti será precisamente esa parte del cerebro reactivo que quiere preservar a toda costa el statu quo) En este momento, lo que se debate internamente en nuestro cerebro es como una ecuación entre el coste (minimizar amenaza) que me va a implicar y el beneficio que puedo obtener de ello (maximizar recompensa)(1).
Si al mismo tiempo estamos invitando a nuestro cerebro a que forme nuevas sinapsis al hacerse preguntas como las indicadas anteriormente; de esta manera, estaremos provocando nuevos caminos neuronales que a su vez provocarán una nueva química en el cerebro. Y esa nueva química se generará derivada de las emociones provocadas por la puesta en práctica de ese nuevo hábito y aparecerán emociones y estados de ánimo como la curiosidad, el asombro, la sorpresa, la alegría, el avance, el sentirse vivo… y, estas provocarán la generación de los neurotransmisores como la serotonina y la acetilcolina que son dos grandísimos aliados del cambio, el aprendizaje y del estado de ánimo; tan necesarios para desarrollar nuevas formas de respuesta (cerebro creativo) para romper esa la inercia tan poderosa del cerebro reactivo que es capaz de “automatizar nuestras emociones” con tal de cumplir su misión.
¿Intentaste lo de las preguntas? ¿Las escribiste? Te invito de nuevo a que lo hagas ahora porque está relacionado con la cuarta “neuro pista”.
Nuestro cerebro archiva en la memoria a largo plazo todo tipo de experiencias y, sobre todo, tiene la especial habilidad de tener registradas y disponibles aquellas que son más negativas o traumáticas porque como ya sabemos lo hace para protegernos.
En el campo del desarrollo personal se habla mucho del concepto de “creencias limitantes” y quiero ampliarlo y conectarlo con el concepto de “experiencias limitantes”.
Querido lector, si la sugerencia e invitación que te hacía en el párrafo anterior ha sido recibida por tu cerebro como una “amenaza”; posiblemente tu experiencia respecto a la misma quedaría archivada en tu memoria a largo plazo como “limitante”; es decir, como algo que no merece la pena o como para no volver a repetir porque es una pérdida de tiempo o porque no sirve para nada, etc., etc., etc.”
Si por el contrario, ha sido vivida como una posible “recompensa” (oportunidad de aprender algo, salirme del patrón por una vez, buscar de verdad otra forma de gestionarme y no estar en la queja continua, etc., etc.) quedará archivada en la memoria a largo plazo como una “experiencia digna volver a ser repetida”. La formación de la memoria funciona de forma necesaria con el sistema límbico y, si o si, tiene una connotación emocional. Por ello, nuestro cerebro no va a permitir procesar y archivar datos sin emociones.
Sabiendo esto y dependiendo de las experiencias que hayamos vivido, tenemos la posibilidad de imaginar o visualizar los propósitos que nos marquemos o que queremos para nuestro futuro con mucha mayor probabilidad de éxito.
Decía Oliver Wendell Holmes algo así como: “La mayoría de nosotros vamos a nuestras tumbas con nuestra música todavía dentro de nosotros, sin tocar…”
Creo que realizar un trabajo personal de búsqueda y conexión con aquello que nos da sentido para vivir es una oportunidad única e irrenunciable. Es una “música” que no deberíamos dejar de escucharla porque no tengamos tiempo…
¡1 cordial neuro abrazo!
Comments 10
Muchas gracias, Javier, por explicar tan bien cómo podemos hacer para cambiar nuestros hábitos. Explicas la neurociencia muy fácil!
Author
Muchas gracias Maite¡¡ Tu también explicas fenomenal y recuerdo una conversación nuestra sobre como aprende el cerebro y la forma en que lo contanbas a mi me gusto muchísimo (por eso se me quedo grabada) y a la vez, la recordé y me inspiro mientras escribía este Post. Un neuro abrazo gordo¡¡
Gracias Javier!! Muy interesante, claro y práctico no solo para el automatismo del tiempo sino para cualquier otro que nuestro cerebro reactivo tenga grabado! A mi me ha venido uno muy claramente a medida que te leía 🙂
Author
!Muchas gracias Mónica¡ Me encanta que haya sido útil por partida doble. ¡¡Que bien!! Un neuro abrazo gordo¡
Parece que nuestro cerebro vela siempre por nuestra supervivencia y nuestro bienestar.
Hacernos conscientes, mediante estas y otras pistas, nos ayuda a ser más libres y a poder influir en su comportamiento.
Gracias Javier! Tengo la sensación de que todavía hay mucho por descubrir.
Un abrazo
Author
¡Muchas gracias Pedro! Qué razón tienes y como siempre hilando fino. Efectivamente, para mi una de las claves es que ese “descubrimiento” sea querido y buscado porque en ese campo las posibilidades se multiplican al máximo¡ Un neuro abrazo gordo¡
Práctico y como siempre, educativo.
Author
¡Muchas gracias Juanjo! Te invito a ir un paso más allá y llevarlo a una acción concreta en algún área de tu vida que quieras avanzar. ¿Te animas? un neuro abrazo gordo¡
Me quedo con que queremos “gastar menos energía” siendo entonces reactivos o buscando pocas novedades.
Sin embargo ¡cuanto cuesta luego en energía un cambio forzoso por no haber invertido un poquito de energía en crecer y adaptarnos!.
Buen post Javier!
Author
Muchas gracias Mark, ¡Ahí le has dado! Un neuro abrazooo